Consideraciones Finales

Paso #8: ¿Cómo vas a financiar tu negocio?

Anteriormente, ya habíamos hablado de los costos iniciales y de operación y de las posibilidades de financiamiento, pero, habiendo llegado a este paso, queremos abordar un poco más en detalle este último tema.

La mejor manera de financiar un negocio es habiendo reunido el capital necesario para comenzar, pero eso es algo que rara vez sucede. Con frecuencia, se requiere acudir a fuentes externas en busca de financiamiento. Veamos algunas de ellas sin un orden determinado, pues la prioridad real depende de tu situación específica.

Los Ahorros de tu Cuenta Para el Retiro

Comenzamos con esta opción porque no le vamos a dedicar mucho tiempo. Simplemente, úsala como última instancia. Sin embargo, hay ocasiones en que podría valer la pena tomar cierta cantidad que no ponga en juego el fondo que con tanto trabajo has ahorrado para tu jubilación. En Estados Unidos, por ejemplo, la cuenta conocida como 401k te permite sacar ciertas cantidades que luego te descuentan de tu salario durante 3-5 años con un interés muy bajo, que además va a tu propia cuenta, por lo que el único gasto en que realmente incurres es la tarifa de apertura del crédito.

Préstamos de Amigos y Familiares

Una vieja máxima dice: “Si le prestas dinero a un amigo, terminarás perdiendo el dinero… y al amigo“. Por eso, puede resultarte un poco difícil utilizar esta fuente, pero la verdad es que no siempre es así y, por lo que conocemos, en buena parte de los casos se conservan los amigos y el dinero, solo que la gente exagera un poco lo negativo.

La clave aquí es que trates al amigo o familiar con el mismo respeto que tratarías a un Banco: muéstrales lo mucho y bien que te has preparado para abrir el negocio, la forma en la que piensas utilizar el dinero y los plazos reales en que se los vas a devolver: mensuales, semestrales, anuales. No les digas que será en 6 meses si piensas que puede ser en un año. Todas las condiciones deben quedar establecidas con absoluta claridad.

Ofréceles una participación en tu negocio a cambio de su aportación, o un determinado interés por su dinero y, en cualquier caso, muéstrate dispuesto a firmar un contrato por escrito. Que sean ellos, si tanto confían en ti o si no quieren llegar hasta esos puntos, quienes te digan que no. También puedes considerar un garante (por ejemplo, si tú no pagas, tus padres o tus hermanos lo harán por ti) o una garantía: por ejemplo, “te entrego la propiedad de mi coche; si algo llegase a pasar, es tuyo“. Y muy importante: pide prestado solo lo que puedas pagar.

Tienes que ser muy claro y muy honesto con tus familiares y con esas amistades cercanas que están dispuestas a tomar riesgos con tal de ayudarte. No sólo debes hablarles de tu idea de negocio, sino de cuánta deuda tienes en ese momento, de cómo va tu récord crediticio e incluso si tienes alguna duda sobre tu proyecto y el tiempo que puedas tardar en devolver el préstamo. En este caso, como en casi todos los de la vida, la sinceridad nos ayuda a ir más lejos.

Tarjetas de Crédito

Con los intereses tan altos que tienen por estos días, las tarjetas pueden ser también uno de los últimos recursos. En todo caso, trabaja primero en mejorar tu historial de crédito y trata de obtener una de esas tarjetas que te ofrecen cierta cantidad a 9, 12, y hasta 18 meses sin intereses. Así dispondrás de un tiempo apropiado para comenzar a pagar y que los intereses no te asfixien.

De hecho, si esta opción está en tus manos, es altamente recomendable en comparación con otras. Sólo recuerda que porque tengas el dinero disponible en la tarjeta no estás obligado a usarlo. Utiliza solo lo que de verdad necesites. 12 o 18 meses pasan más rápido en el mundo de los negocios que en la vida cotidiana.

Instituciones de Financiación Colaborativa

Fundamentalmente en forma de plataformas digitales como The Lending Club, Prosper y StreetShares en Estados Unidos (las que con otros nombres seguramente también existen en tu país de residencia), esta opción fue muy popular hace algunos años, cuando comenzaron uniendo el capital de muchos individuos aislados que prestaban a otros individuos, clientes de esas plataformas, a cambio de un interés más bajo que el de los préstamos bancarios y las tarjetas de crédito.

Luego, con el tiempo, la avaricia corporativa devoró casi toda su humanidad y terminaron siendo a veces peores que las instituciones tradicionales con las que intentaban competir, poniendo altísimos intereses o enmascarándolos con tarifas por “iniciación de crédito” totalmente canibalescas.

De todas formas, aún son una opción viable para personas con muy buen crédito o bajo ciertas condiciones específicas (según la plataforma y el país), por lo que vale la pena que investigues un poco al respecto antes de ir a las “ligas mayores“.

Préstamos Bancarios

Ya sabes que se dice que “los bancos prestan dinero a quien no lo necesita“, pero no te desanimes por ello, pues siguen estando entre tus opciones. Los bancos y otras instituciones financieras por el estilo van a hacer énfasis en dos cosas antes de darte el dinero:

  1. Que tengas un buen récord crediticio y que demuestres fehacientemente tu capacidad de pagar tus deudas.
  2. Que tengas un Plan de Negocios que los satisfaga a ellos y, sobre todo, a sus jefes si algo no sale bien y pasan tu caso a revisión.

Por supuesto, en caso de que te concedan el préstamo, los intereses y demás condiciones van a depender de esos dos factores y de algunos otros, pero serán mejores mientras “menos riesgo” representes para los prestamistas. Recuerda que, aunque te traten de “querido cliente“, tú no les importas en lo absoluto. En ese mundo existe un solo valor, que se llama dinero.

Inversionistas Ángeles

Los inversionistas ángeles son individuos con grandes patrimonios que adquieren una participación en las acciones del negocio a cambio de un aporte de fondos. Esperan obtener ganancias y generalmente tienen experiencia empresarial que comparten contigo para hacer que tu empresa crezca.

Tienes que saber que los inversionistas ángeles estudiarán tu plan de negocios en profundidad y tendrás que justificar el motivo por el cual deberían invertir, lo cual no es algo malo, dicen los expertos. El proceso de evaluación para empresarios debería asegurarse de que el plan de negocio sea sólido.

Para que no pierdas tu tiempo, debes saber que este tipo de inversionistas, por regla general, no se interesa en cualquier tipo de negocios, sino en aquellos que representen ideas innovadoras y disruptivas, con un alto potencial de escalabilidad y sustanciales oportunidades de mercado, con modelos de negocio y estrategias muy claras de monetización, con amplias ventajas competitivas y, muy en especial, con un sólido y experimentado equipo de fundadores y gestores.

Y aunque no se les puede llamar propiamente “ángeles“, hay otros tipos de inversores que te mostrarán más o menos las mismas exigencias, como los inversores de capital de riesgo (VC), los “fondos semilla“, las incubadoras y aceleradoras de negocios y otros.

Subvenciones y subsidios de Gobierno

Aunque algo de verdad habrá por ahí, la fea realidad es que tales fuentes de “financiamiento” tienden a ser un “mito” o algo muy parecido a las “leyendas urbanas“, pues con frecuencia los únicos que obtienen dinero son los autores de los libros y cursos titulados “Cómo Conseguir Subvenciones y Subsidios de Gobierno“.

Sería muy difícil saber cómo es en cada país donde residen latinos, pero en Estados Unidos, por ejemplo, existe la Agencia Federal para el Desarrollo de la Pequeña Empresa (SBA), que te otorga préstamos con muy bajos intereses y subvenciones si…, si…, bueno, si demuestras que vas a ser más rentable que Amazon, que la tecnología que estás usando es más creativa e innovadora que ChatGPT y que Bill Gates y Jeff Bezos son quienes te hacen los mandados, además de que debes tener un récord crediticio impecable y 20 o 30 requisitos más. A veces, se salen de tales “mandamientos divinos” y, para demostrar su razón de ser, otorgan algunas ayudas a empresas de mujeres, o de propietarios que pertenecen a ciertas minorías, o a la prima del primo del amigo de… Y esos casos son los que luego exhiben orgullosos en sus “vitrinas” digitales.

También existen ciertas subvenciones estatales e incluso locales, pero aunque no te decimos que no lo intentes, la probabilidad de lograr alguna de estas a cualquier nivel es muy similar a la de ir a un Casino de las Vegas con $100 y regresar millonario.

En fin, que en este tema del financiamiento, “más vale contar con pájaro en mano que con cien volando“.

Y recuerda siempre, no te desanimes, no te rindas, otros han estado donde mismo tú estás y han salido adelante, con mucho ingenio, con perseverancia, o bien porque además de eso tuvieron la genial ocurrencia de “soñar en grande, pero comenzar en pequeño“.