Mitos IA: Los 5 Mitos de Inteligencia Artificial Que no te Dejan Avanzar Más Rápido

Los hemos llamado Mitos IA, para simplificar y para no hacer demasiado extenso este artículo, pero se trata de los 5 mitos sobre la Inteligencia Artificial que están frenando tu avance y limitando la forma en que usas los modelos de IA para hacer crecer tus proyectos de emprendimiento.
La IA es la Revolución del siglo XXI y una de las mayores oportunidades que quizás se te presenten en mucho tiempo. Sin dudas.
Sin embargo, existen algunos mitos comunes sobre la IA que la gente suele creer. Esos son los mismos mitos que te están convirtiendo en un esclavo de tu negocio y te hacen perder un montón de dinero y que no permiten a los dueños de pequeños negocios descubrir el verdadero y enorme poder de la IA.
Mitos IA: Los Más Populares
Existen muchos mitos IA, que hemos dividido en dos grandes grupos: los que son exagerados, pero no hacen tanto daño, y los que no son tan sensacionalistas, pero te impiden avanzar más rápido y utilizar estas poderosas herramientas para generar dinero y abundancia.
* La IA sirve para todo: No es así. Sirve para muchas cosas, pero aún le falta creatividad. Tampoco puede ir contra la lógica, o cuestionarse “verdades sagradas” para el hombre, si tales cuestionamientos no fueron incorporados en su programación. Es cierto que estos modelos pueden aprender, pero aún (y quizás nunca) no pueden hacer los juegos de “lógica-anti-lógica” que resultan comunes para mentes humanas brillantes y bien entrenadas.
* La IA nos va a sustituir a todos: Si continuamos la narrativa del párrafo anterior, podremos entender que esto no es más que otro de los mitos IA. La inteligencia artificial va a sustituir muchas profesiones y oficios, pero no podrá sustituirnos por completo, al menos no en muchas décadas. Aquí puedes encontrar un claro ejemplo de cómo la IA no va a sustituir a los que son buenos en lo que hacen.
* La IA utiliza neuronas artificiales para aprender: Esto no es más que una metáfora que ha confundido a muchos. Cuando se usa el término “redes neuronales” para hablar de la IA a lo que en realidad nos referimos es a una combinación de funciones matemáticas simples, vagamente inspiradas en el comportamiento eléctrico de una neurona.
* Solo los más ricos tienen acceso a la IA avanzada: Los más ricos tienen enormes ventajas sobre el resto de nosotros, no sólo con respecto a la inteligencia artificial, sino a todo. Sin embargo, la actual competencia hace que muchas herramientas avanzadas estén total o parcialmente, gratis o a muy bajo costo, al alcance de los emprendedores no corporativos.
* LA IA puede pensar y entender como los humanos: Los modelos de IA no piensan. Son maravillosos procesando grandes cantidades de datos y encontrando patrones dentro de los mismos, pero no tienen conciencia ni emociones como los humanos. A la pregunta: ¿Se volverán las máquinas más inteligentes que los humanos? La rotunda respuesta es NO.
* Las máquinas inteligentes terminarán dominando el mundo: La IA no tiene voluntad propia, por lo que no va a acabar con el planeta como algunas películas de Hollywood se han empeñado en mostrarnos. Otra cosa es que algunos muy “poderosos” pretendan utilizar la IA para acentuar la ya bochornosa desigualdad existente y perpetuarse en el poder (económico y político).
Esos mitos IA son más o menos inofensivos, pues aunque suelen crear confusión, no te alejan de su uso ni te agregan obstáculos adicionales en el camino. Veamos ahora los que sí constituyen un freno para tu avance personal y el de tu pequeño negocio.
Mitos IA: Los que te Impiden Avanzar
Las estadísticas muestran que hay pocos dueños de pequeños negocios explotando de manera óptima y productiva las posibilidades que nos brinda la inteligencia artificial. En gran parte eso se debe a estos 5 mitos IA,
1. Necesitas ser redactor para usar la IA eficazmente
Sin lugar a dudas, el hecho de tener buenas habilidades generando, redactando y editando contenidos puede ayudarte a ser más efectivo, pero NO tienes que ser un excelente redactor para crear correos electrónicos que conviertan a tus prospectos en clientes.
Las herramientas de inteligencia artificial están diseñadas para adaptarse a las más diversas necesidades y estilos de escritura. Si aprendes a pedirle las cosas de una manera clara y precisa, te responderán con la misma claridad y precisión. Y más aún: si ya tienes un texto redactado (por tí mismo o con ayuda de la IA), puedes pedirle a los modelos de inteligencia artificial que te den sugerencias para mejorarlo.
Claro, tómalo con creatividad y practica todo lo que puedas. Recuerda que “la práctica hace al maestro“.
2. El texto de la IA suena robótico
Otra creencia común es que el texto de IA es demasiado formal. Y que no suena para nada a cómo hablamos los seres humanos. Eso no está lejos de una realidad que nos acecha en todas las redes sociales, atestadas de redacciones con mala calidad, como los anuncios repletos de emojis, párrafos tan extensos que parece que nunca terminan y un lenguaje tan formal que rápidamente es identificado como falso o “robótico“.
Es una realidad presente e innegable, pero también es una realidad que puedes cambiar en tu negocio. Trata de personalizar el tono y estilo de los textos de manera que se adapten a tu propia manera de escribir. Añade variaciones en la estructura de las oraciones, jugando con sinónimos y diferentes tipos de puntuación. Usa expresiones naturales, matizadas con frases coloquiales y modismos que acerquen el texto a la forma en que habitualmente habla tu audiencia.
También puedes “humanizar” el contenido agregando experiencias personales relevantes, emociones y anécdotas. Haz preguntas que agreguen dinamismo y eviten la monotonía en la lectura o la audición.
Y por supuesto, evita la sobreoptimización, lo cual ocurre sobre todo cuando le pides a la IA que optimice los textos para los motores de búsqueda. Recuerda que no puedes ignorar a Google y a otros, pero escribes para tu público, no para los algoritmos.
3. Escribir buenos textos con IA lleva demasiado tiempo
Si este es uno de tus mitos IA, no te puedo contradecir aquí del todo. Escribir con IA puede ser un proceso largo al principio. Sobre todo cuando estás “disparando a ciegas” e intentando resolverlo todo por ti mismo, pero una vez descubres cómo desarrollar instrucciones efectivas (prompts), todo cambia. Puedes reducir inmediatamente el tiempo que solías tardar en investigar, redactar y escribir un correo electrónico en un 70%-80 %.
Para lograr eso, debes crearte tus propias plantillas, o comprar unas de fuentes expertas y adaptarlas a los tipos de textos que escribes con regularidad (publicaciones del blog, emails, posts en redes sociales, etc.). Igualmente, es importante que definas, redefinas, pruebes y perfecciones la dinámica de tus instrucciones.
4. La IA no entiende mi negocio ni mi público
Pues sí, es muy probable que la IA no conozca los pormenores de tu negocio, pero puedes enseñarle.
Si investigas a fondo tu mercado objetivo, organizas los datos y los indicadores principales que caracterizan su estado actual y sus tendencias y los compartes con la IA, esta te va a generar contenidos premiums, con un muy acertado conocimiento de tu público meta.
Explícale a la IA el propósito de tu negocio, tus metas y ejemplos de casos prácticos. Interactúa constantemente y pídele que te haga preguntas de clarificación y verás cómo la IA comienza a “entender” tu negocio. Mucho mejor que lo que hoy imaginas.
5. Los contenidos de IA son demasiado “vendedores”
El último de los mitos IA está basado en el temor de alejar a tus clientes potenciales si ven contenidos demasiado enfocados en la venta de tus productos o servicios.
Eso suele pasar, pero solo si no organizas bien tus interacciones con la IA. Pídele que use un enfoque “conversacional” y agrégale luego tu propio “toque”. Evita el uso de demasiados adjetivos, como “único“, “fantástico“, “increíble“, etc. y concéntrate en la descripción de las cualidades del producto o servicio de una manera directa y clara.
Enfócate en el valor del producto que ofreces, no en la venta del mismo. Y procura que tu tono sea natural y no demasiado institucional. Tu texto debe sonar como un experto que intenta ayudarte a resolver un problema y no como un vendedor que a toda costa quiere “engancharte” con algo.
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