Desnudar a mi Yo-Líder. En WebLat no se Permiten «Encueramientos», Pero Hicieron Una Excepción

Desnudar a mi Yo-Líder no es tarea fácil. No todos nos atrevemos. Yo no lo había hecho hasta hoy.
Pero resulta que regresé a LinkedIn después de varios años de ausencia y me encontré, como era de esperar, una red muy enfocada en los líderes y los temas de liderazgo.
He leído allí muchas cosas valiosas, he aprendido no pocas: nuevas e interesantes para mí. Sin embargo, no he visto muchas publicaciones desnudar a mi Yo-Líder, comentando las cualidades de quien publica cuando está o ha estado en posiciones de liderazgo. Y me refiero a confesiones sinceras de logros y fracasos, de alegrías y frustraciones, de avances y retrocesos, de virtudes y defectos.
Obviamente, algunos que ya peinamos canas necesitaríamos varios tomos y una gran cuota de deshibición para «encuerarnos» totalmente, pero vale la pena hacer un primer intento en unos pocos párrafos. Quizás eso motive a otros a comentar o a publicar «ligeritos de ropa«… y sin más preámbulo, ¡vengan las luces tenues y que comience el striptease!
¿Cómo he sido cuando me ha tocado dirigir equipos?
Pues de todo: malo y muy malo; bueno y muy bueno… de todo, menos MEDIOCRE. He sido amado y detestado, seguido y esquivado, respetado e ignorado y, pocas veces, temido. He acumulado defensores y detractores casi por igual. Creo que nunca he destruido una vida, pero no siempre he incidido tan positivamente como hubiera querido en ayudar a construir las vidas de otros.
Si de verdad quiero desnudar a mi Yo-Líder, debo confesar que he tratado de concentrarme en el bosque sin perder de vista a los árboles, pero no siempre he tenido el tiempo, la paciencia o la voluntad para enfocarme en cada árbol como hubiese querido o como este lo ameritaba. He hecho sentir GRANDES a muchas personas a mi alrededor, pero seguramente he minimizado a algunos…
Podría seguir por horas, pero basta para darles una idea de la magnitud de mi profunda IMPERFECCIÓN en el liderazgo. Me siento bien con muchos de mis logros y aciertos. No me enorgullezco de mis metidas de pata y, mirando en retrospectiva, me gustaría haber hecho mejor muchas cosas, pero NO ME ARREPIENTO de nada.
Aquí les explico el POR QUÉ:
1. Porque soy humano, porque ser imperfectos es parte de lo que nos hace buenos y nos impulsa a ser mejores.
2. Porque he aprendido de lo bueno y de lo malo por igual (no me trago esa de que de los errores se aprende más).
3. Porque ser mejor o peor líder depende ante todo de uno mismo, pero no SOLO de uno mismo. Son muchos los factores que inciden:
3.1 La calidad del liderazgo que tengas por encima: me han tocado algunos maravillosos, y otros para quienes ni el noveno círculo de Dante sería pena suficiente.
3.2 El nivel de desarrollo del proyecto o la empresa: si está comenzando, en pleno crecimiento o en fase de madurez. Cada etapa requiere un estilo de liderazgo diferente.
3.3 El tipo de equipo que te tocó dirigir (sí, porque siempre se habla de la calidad de los líderes, pero no tanto de los «liderados»), su nivel de entrenamiento, compromiso y aceptación del cambio. Y si los escogiste tú o te los impusieron, como a veces pasa.
3.4 Otros factores internos y externos a la compañía.
Desnudar a mi Yo-Líder: Una Experiencia Buena
Con 30 años me nombraron Director General de una cadena hotelera de 17 hoteles de 3 y 4 estrellas con $3 millones de dólares de pérdida neta. A los 18 meses la entregué con $10 millones de ganancia neta. No fue mérito mío, aunque en esta misión de desnudar a mi Yo-Líder no escondo tras falsas modestias mi contribución.
Simplemente me permitieron escoger un equipo de 6 personas en el que cada uno era mejor que yo en el área en que se desempeñaba. Y el liderazgo «superior» no sólo me otorgó amplia flexibilidad y libertad de acción, sino que apoyaron hasta con lo imposible.
Un día les compartiré la historia de cómo se logró esa hazaña, pero baste decirles que me di cuenta de que no podía sacar los 17 hoteles de la quiebra al mismo tiempo y decidí concentrar los pocos recursos de todos en los 5 hoteles con mayor potencial para generar ingresos.
Los 5 «beneficiados» me amaron. Los 12 «perjudicados» (todos con mucha más experiencia en la industria turística que yo, quienes tuvieron que enfrentar condiciones aún peores por unos cuantos meses) me mentaron varias generaciones, incluyendo la progenitora de mis días y el ilustre abuelo que 2 siglos atrás abandonó el pueblito más lindo de Canaria en el Valle de Tejeda, a la sombra del Roque Nublo.
Con el tiempo, en la medida en que ellos también iban mejorando, se dieron cuenta de que mi dura y difícil decisión había sido la única salida para que todos salieran del hueco, porque, a diferencia de lo que algunos aún creen, la pobreza no se comparte, la pobreza se multiplica. Lo único que realmente puede compartirse es la abundancia.
Desnudar a mi Yo-Líder: Una Experiencia Mala
Aquella fue una maravillosa experiencia de liderazgo firme y positivo. Pero no todas mis vivencias han sido así. Muchos años después, comencé un maravilloso proyecto que, además de hacernos ganar dinero, pudo haber ayudado a mucha gente, pero cometí dos funestos errores:
1) Yo era ya lo que podría calificarse como un «experto» en management y marketing, pero me metí en el mundo de la tecnología sin haberlo estudiado a fondo.
2) Seleccioné mal el equipo. Confié en personas que supuestamente entendían de tecnología y estaban supuestamente comprometidas. La realidad: ni lo uno ni lo otro.
Me engañaron y me estafaron, pero no los culpo. Toda la responsabilidad fue mía. Debí haber hecho mejor la tarea.
Desde ese entonces, no comienzo un proyecto, ni participo en nada que no conozca bien y/o haya estudiado a fondo. E invierto el tiempo que sea necesario (y un poco más) en seleccionar al equipo, en probarlo a fondo antes de confiarle tareas de envergadura.
Desnudar a mi Yo-Líder: Una Experiencia Actual
Para terminar, quisiera añadir que planeamos lo que hoy es WebLat en aproximadamente las mismas fechas en que el equipo de Donald Trump planeaba Truth Social. Digital World Acquisition Corporation les proporcionó fondos por cerca de mil millones de dólares.
Enfrentaron serios problemas en la programación y organización y tuvieron que ser rescatados por Trump Media & Technology Group, que aportó otros $105 millones antes de poder salir a la luz.
Con esos truenos, todo el mundo me dijo que no podríamos echar adelante WebLat (la Web de los Latinos que Progresan) con los escasos recursos de que disponíamos. Lo que no sabían es que, mientras ellos invertían billones, yo había seleccionado un equipo ganador, un equipo campeón muy comprometido.
Hoy WebLat, un poco más modesta que Truth Social y más demorada, es igualmente una realidad que poco a poco ha comenzado a crecer. ¿Y el mérito? Pues 20% mío y 80% de esos «locos bonitos» que unas veces me lanzan flores y otras piedras, pero no paran de construir y de soñar con el Gran Propósito.
No sé si un día podré aspirar a haber sido un buen líder o no, pero lo que sí me queda claro es que un pedacito de mí vivirá siempre en los logros de esa gente que me ha tocado coordinar desde la pirámide invertida y de quienes me la paso aprendiendo a ser mejor ser humano.
Un fabuloso artículo del cual se puede aprender mucho. Gracias por compartirlo con tanta sinceridad y locuencia.