Cada Foto Que Publicas Encierra un “Secreto” Que Nadie te ha Comentado

Cada foto que publicas encierra un detalle "ganador".

¿Cómo las personas perciben las imágenes que publicas? Parecería una interrogante sin importancia, pero no es así. Vivimos en un mundo de percepciones. Y estas juegan a tu favor o en contra, casi nunca se comportan de manera neutral. Recuerda que si “el Contenido es el Rey“, las imágenes y videos son el cetro y la corona real.

Cada foto que publicas, sea en tu sitio web, tu blog o en tus páginas de redes sociales, está transmitiendo un mensaje.

Cada foto o imagen que publicas le dice a los algoritmos de las redes sociales algún detalle de tu personalidad, tus gustos, preferencias e incluso tus posiciones ante las más diversas cuestiones de la vida social, económica, política, etc.

Cada foto que publicas “divulga” un pequeño secreto tuyo, o una partícula de tu ser que poco a poco va armando el rompecabezas de lo que las redes y los avezados en estas cuestiones saben de ti.

Te guste o no te guste, te parezca bien o mal, esta es una realidad que no puedes ni negar, ni evitar…, pero no es ese el “secreto” del que vengo a hablarte hoy.

Y pongo “secreto” entre comillas, pues si me sigues ya sabes que detesto la desvergüenza de muchos por ahí, de presentarte cada pedazo de conocimiento al que te exponen como un “secreto“, cuando en realidad no hay tal.

Bueno, dicho eso, ya sabes que billones de fotos inundan Internet a diario. Cada ser humano está sometido diariamente a miles, o decenas de miles de imágenes cada 24 horas.

La tuya, la que publicaste en tu sitio web o en tus redes, es, -al mismo tiempo-, dos cosas:

  1. una más del enorme montón: suena feo, es realmente feo, pero incluso si piensas que tu imagen, foto, o dibujo es la “octava maravilla“, lo más probable es que sea una más, entre tantas otras, y
  2. una que las personas recuerdan por UN detalle…, si es que la recuerdan. Y pronto entenderás por qué resaltamos “UN” en mayúsculas.

Cuando yo dirigía El Diario Latinoamericano hicimos un experimento. Publicamos esta foto que tomamos al azar de Pexels y les pedimos a nuestros lectores que respondieran con total libertad cuál era el detalle que más había llamado su atención.

Mírala tú, por favor, detenidamente, durante 15-20 segundos. Recórrela de derecha a izquierda y de arriba abajo. Piensa en qué detalle de la foto es lo primero que te salta a la cara, que te llama la atención y que quizás recuerdes dentro de un rato.

Cada foto que publicas encierra un detalle "ganador".

Nosotros recibimos 2,137 respuestas de hombres y mujeres de diversas edades. 431 nos mencionaron cosas muy diversas, desde la alineación de las sillas hasta la línea blanca del pantalón azul de la joven que está en la extrema derecha del grupo de la izquierda.

Pero 1, 706 (un poco más de hombres que de mujeres) mencionaron “las piernas” de la chica que está en la extrema izquierda del grupo de la derecha.

En esa imagen hay 9 personas, 1 habitación, 14 sillas, 1 ventana… y el 79.8% de la atención se enfocó en “las hermosas piernas” de una chica. ¿Interesante, verdad?

Luego hicimos varios experimentos similares más y los resultados fueron muy parecidos. Usualmente, la mayoría de la gente recuerda UN detalle por encima de los demás.

De más está decirte que no podemos presumir que nuestras indagaciones estuvieran absoluta y totalmente fundamentadas en la ciencia. Para entender mejor la percepción y reacción de la gente, habría que tomar una muestra, (o sea, una selección estadísticamente fundamentada de los encuestados), mucho más grande y evaluar por sexos, edades y procedencia de los participantes su selección del “detalle” ganador en cuanto a atención.

No llegamos a tanto en nuestra “investigación”, por lo que no podemos compartirte un resultado “científica y rigurosamente comprobado”, pero hemos querido llamar tu atención sobre un fenómeno que parece ser muy probable:

de cada imagen que publiques, en tus espacios personales o de negocio, la gente percibirá un detalle, un aspecto de la imagen con más fuerza que los demás.

Trata de identificar a priori cuál o cuáles podrían ser (según los diversos grupos demográficos a los que te diriges), y trata de que ese detalle siempre juegue a tu favor.

Quizás no siempre aciertes, pero vale la pena tomarlo en cuenta.

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