¿Comienza Ciertamente HOY un Año NUEVO? No Sé. Quizás. Veamos…

Nos hemos pasado los últimos días deseándonos mutuamente muchas cosas buenas, entre las que destacan un “Feliz Año Nuevo“.

Llevamos siglos haciendo lo mismo, así que la pregunta acerca de si realmente comienza hoy un año “nuevo” de entrada nos va a parecer tonta o, cuando menos, sin sentido. No es así. Y si me regalas 4 minutos de tu valioso tiempo te voy a demostrar que reflexionar al respecto no sólo tiene un gran valor instrumental, sino que puede influir positivamente en lo que a partir de hoy suceda en nuestras vidas.

Te advierto que de inicio vamos a abordar brevemente algunas cuestiones de cultura universal (te las puedes “volar” si crees que ya conoces eso), y luego caemos en la sustancia del asunto, o por decirlo de otra manera, en “el pollo del arroz con pollo“.

¿Es el Calendario Gregoriano el Único Vigente?

El Calendario Gregoriano , establecido por el Papa Gregorio XIII en el año 1582 d.C., se basa en el movimiento de la Tierra alrededor del Sol y rige en casi todo el mundo, por lo que para la mayoría de los terrícolas y unos cuantos marcianos que deambulan por ahí, hoy es el primer día de un nuevo año y buena parte de nosotros nos tomamos el día de asueto y seguimos celebrando.

Sin embargo, sea por razones religiosas, históricas o culturales, hay SIETE países del mundo donde el 1 de Enero no significa más que otro día cualquiera:

China: el Año Nuevo chino, conocido como el Festival de Primavera, representa una gran celebración para ellos, cuyas fechas varían cada año, generalmente entre el 21 de Enero y el 20 de Febrero, en correspondencia con el calendario lunar.

India: algunas regiones sí celebran hoy el inicio de su año, mientras que otras lo hacen en octubre o noviembre. Incluso en abril. Eso se debe a tradiciones locales y calendarios regionales.

Israel: el Año Nuevo judío o Rosh Hashaná se celebra en Septiembre u Octube, en correspondencia con el calendario hebreo, y marca el inicio de los diez días de arrepentimiento que culminan en su día más sagrado, el Yom Kipur.

Irán: su Año Nuevo, conocido como Nowruz, se celebra el 20 o 21 de marzo, según el calendario persa o jalalí y coincide con el equinoccio de primavera. Esta fiesta se considera un símbolo de renovación y esperanza.

Arabia Saudita: su Año Nuevo o Muharram tiene lugar en una fecha diferente cada año, en dependencia del calendario lunar que se mantiene vigente en algunos países islámicos.

Nepal: allí se rigen por el calendario hindú y su Año Nuevo o Bikram Sambat ocurre a mediados de Abril (generalmente el 15), siendo una de las más grandes celebraciones del país.

Etiopía: su singular calendario tiene 13 meses y su Año Nuevo o Enkutakash se celebra el 11 de Septiembre, siendo para ellos motivo de grandes festividades.

Ahora vamos a la esencia de nuestro cuestionamiento.

Un Año “NUEVO” u “OTRO” Año Más

Cuando formulamos el título de la sección de esta manera, es posible que comiences a entender por donde van nuestros razonamientos.

Por supuesto, si el año anterior se acaba de terminar y este otro está comenzando, sin lugar a dudas se se debe llamar “nuevo“. ¿Sin lugar a dudas? Yo no estaría tan seguro.

La mayoría de los diccionarios, además de definir lo “nuevo” como algo “recién hecho o recién fabricado“, coinciden en que lo “nuevo” es algo que “se percibe o se experimenta por primera vez“.

Basándonos en esto último es que traemos a colación la declaración que motivó estas reflexiones:

“Si no pones en marcha un Plan para RENOVARTE TÚ, este no será un año NUEVO, simplemente será OTRO año”.

Si vas a seguir percibiendo las cosas de la misma manera, y haciendo las mismas cosas, quizás esta secuencia de 12 meses que recién comienza no merezca ser llamada “Año Nuevo“, sino “Otro Año Más“.

Casi todos hemos escrito, enunciado o, al menos, repetido para nuestros adentros los propósitos de año nuevo. En WebLat incluso publicamos un artículo que te recomendamos acerca de por qué usualmente no cumplimos tales propósitos…, pero vale la pena cuestionarnos si nos estamos proponiendo realmente lo mismo de años anteriores y si consciente o susconscientemente nos aprestamos a hacer LO MISMO de años pasados.

No basta con proponerse nuevas metas, o una versión diferente de las metas viejas que nos hemos venido proponiendo de año en año. Se trata que, de verdad y con voluntad de hierro, contemos con un PLAN de ACCIONES diferentes, sustentadas por sistemas de apoyo diferentes, que nos lleven realmente a RESULTADOS diferentes.

Sólo así, lo que hoy comienza puede ser llamado NUEVO. De lo contrario, será OTRO año más, con “más de lo mismo“, que solo nos creará la ilusión de que estamos viendo una nueva película, cuando es la misma y gastada serie, quizás en un nuevo cine o con una nueva persona, pero con el mismo argumento y el mismo final infeliz.

Todos queremos cambiar el mundo, sin darnos cuenta que el cambio ha de comenzar siempre por “el mundo” que más cerca tenemos, nuestro “yo interior“. Y de hacerlo trabajando persistentemente en la construcción del “Yo +++” que tan bien resumió Laurita en su brillante artículo al respecto.

Pero la simple decisión de cambiar, de transformarnos, de lograr que nuestro “yo de mañana” sea mejor que el “yo de hoy“, e incluso trazarse un plan al respecto tampoco basta. Es más complejo que eso: necesitamos crear las condiciones, los sistemas y contar con las herramientas adecuadas, al menos a un nivel mínimo aceptable, para que la RENOVACIÓN tenga lugar.

No me voy a extender más porque aún tendrás mucho que celebrar hoy para estar leyendo tanto, pero sinceramente espero que tus neuronas hayan recibido estímulo suficiente como para alistarse a contradecirme o apoyarme en estas sanas divagaciones (puedes hacerlo en los comentarios abajo).

Sea cual sea el caso, espero que el año próximo, cuando le desees a los demás un Feliz Año Nuevo, al menos te quede la duda de si quizás debieras cambiar una palabra y desearle un Feliz Año Renovado.