El abuso de ancianos es un delito que no discrimina al elegir a quienes hace daño, sean de cualquier raza, color o posición socioeconómica. Sus víctimas generalmente piensan que nadie les creerá o ayudará, mientras algunos intentan incluso proteger a familiares abusivos contra las consecuencias legales de sus delitos.
El abuso de ancianos puede dividirse en cuatro modalidades:
- Abuso Físico: agresión física y/o sexual; restricción física irrazonable; privación prolongada de agua o alimentos, etc.
- Descuido: no ayudar con la higiene personal; no proporcionar vestimenta y alojamiento; no proporcionar atención médica; no prevenir la desnutrición o deshidratación y no proteger contra los riesgos para la salud y seguridad personal.
- Abuso Emocional: agresión verbal, amenazas e intimidación; sometimiento por temor, aislamiento o angustia emocional grave; no brindar apoyo emocional y encierro.
- Abuso Sexual: se trata de cualquier contacto sexual no consensuado con ancianos de ambos sexos.
Toda persona que sospeche que un anciano está siendo abusado debe informar a la policía, a los Servicios de Protección de Adultos (Adult Protective Services) de su condado o a la Dirección de Fraude de Medi-Cal y Abuso de Ancianos (Bureau of Medi-Cal Fraud and Elder Abuse). También puedes llamar a la línea directa nacional de abuso de ancianos (1-800-677-1116) o a las agencias de servicios de protección para adultos mayores de cada estado.
Indicadores comunes:
- Moretones, fracturas u otras lesiones inexplicables.
- Cambios en el comportamiento, como retraimiento o miedo a ciertos cuidadores.
- Desnutrición, pérdida de peso significativa o higiene deficiente.
- Desaparición de dinero o bienes personales.
- Factores de riesgo:
- Dependencia de un cuidador: Cuando los ancianos dependen de otros para su cuidado diario, son más vulnerables a sufrir abuso.
- Aislamiento social: Los ancianos que viven solos o están aislados de familiares y amigos pueden ser más propensos al abuso.
- Deterioro cognitivo: Las personas con demencia o Alzheimer tienen un mayor riesgo de ser víctimas de abuso, ya que pueden no ser capaces de comunicar o entender lo que les sucede.
- Estrés en los cuidadores: Los cuidadores que experimentan agotamiento, estrés o tienen problemas emocionales pueden ser más propensos a cometer abusos.
- Consecuencias:
- Físicas: Lesiones, enfermedades, aumento de la mortalidad.
- Psicológicas: Depresión, ansiedad, trastornos de estrés postraumático (TEPT).
- Sociales: Aislamiento, pérdida de relaciones familiares, estigmatización.
- Protección y prevención:
- Leyes y programas: Existen leyes federales y estatales, como la Ley de Protección de Ancianos, que están diseñadas para prevenir y abordar el abuso de ancianos.
- Agencias y organizaciones: Hay organizaciones como la “Asociación Nacional de Servicios de Protección a Adultos” (“National Adult Protective Services Association” – NAPSA) que ayudan a proteger a los ancianos y ofrecen recursos para las víctimas.
- Formación de cuidadores: Proporcionar capacitación adecuada a los cuidadores sobre cómo tratar a los ancianos de manera respetuosa y cómo prevenir el abuso.
El abuso de ancianos es un tema tan complejo como despreciable, que requiere una atención continua y esfuerzos para crear conciencia, educar y proporcionar recursos a las personas involucradas en el cuidado de los adultos mayores.
Para una información detallada respecto a este importante problema social que desafortunadamente afecta a no pocos hispanos en Norteamérica visita: https://www.justice.gov/es/elderjustice
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