¡Viva la redundancia! Los seguros médicos son caros, carísimos, súper caros.
Algunas grandes empresas los ofrecen como una prestación adicional al sueldo. Sin embargo, como ya dijimos en otro capítulo, muchas te mantienen a “trabajo parcial” para no tener que darte este beneficio.
Los seguros médicos no solo son caros, sino que son una “obra de arte” (ante la cual Cervantes o Gabriel García Márquez palidecerían de envidia) en lo que respecta a la redacción de sus Contratos. Nuestra recomendación es que, antes de comprar un seguro, adquieras una Maestría (un Doctorado podría ser mejor) en Lengua Inglesa, otra en Sicología y otra en Historia Antigua, para que estés familiarizado con la interpretación de jeroglíficos…
Y ya hablando más en serio, trata de asesorarte lo más que puedas y hacer todas las investigaciones que estén a tu alcance, para que luego no vaya a pasarte que el seguro te cubre la operación, pero solo si “incluye 3 puntos de sutura” y por cada punto adicional tendrás que pagar una fortuna similar al valor del Taj Mahal y el Palacio del Louvre, pero juntos.
* Los seguros ofrecen habitualmente dos planes de Salud diferentes:
- El HMO (Organización de Mantenimiento de la Salud): Únicamente te ofrecen cobertura si acudes con proveedores médicos previamente contratados (o sea, pertenecientes a la red de tu Asegurador) y si cumples con las reglas o procedimientos que te hayan establecido.
- Y el POS (Punto de Servicio): aquí la cobertura abarca otros proveedores externos a la red de tu Asegurador, pero esta será inferior en el caso de los externos, lo que implica para ti un mayor gasto.
* En casi todos los casos tendrás que elegir un Médico de Cabecera, el cual puede luego cambiar de mutuo acuerdo con tu Asegurador. Será ese gran Gurú quien te remita a un especialista, según sea el caso.
* En muchas ocasiones tu seguro te exigirá el llamado “copago” para brindarte algunos servicios. Agudiza bien la vista y el entendimiento para saber cuándo aplica y en qué cantidades.
* Igualmente, presta mucha atención a la definición que se hace en tu Contrato acerca de los Servicios Médicos de Urgencia y de Emergencia (cuyo precio puede superar muchas veces tu fecunda imaginación), y también a la manera cómo se estipula el seguimiento que generalmente hay que dar a esos tratamientos de urgencia.
* Si no acudes a tu cita sin cancelarla previamente dentro de los términos establecidos, es probable que te apliquen una penalidad.
* Debes estar preparado la primera vez que acudas a un médico para llenar un amplio formulario con información personal…pero mucho cuidado con lo que firmas, pues en ocasiones luego de estos formularios viene una “inocente”, casi imperceptible cláusula que dice que “si el seguro no cubre alguno de los tratamientos o procedimientos que se te van a aplicar, tú te comprometes a asumir su costo”. Estampar tu firma en esos casos es casi igual a dar una patente de corso para que te apliquen cuanta “maravilla” ha creado la ciencia moderna… solo que ya sabrás cuál es su costo. Y, muchas veces, si no lo firmas, pues no te atienden. Lindo, ¿verdad?
* En algunos casos se te exigirá que pagues con tus propios fondos la consulta y luego te remitas a tu seguro por el reembolso. Ten especial cuidado en conservar todos los informes y los recibos de los médicos.
Especial mención merece todo lo relacionado con el cuidado de tus dientes. Si te parece caro lo que te cobran por una visita al dentista en el país donde resides, ve ahora mismo y dale un gran beso a tu dentista: nada puede compararse con el costo de los tratamientos estomatológicos, odontológicos (y no tan “lógicos”), periodontales y demás relacionados, en los Estados Unidos (hace poco vimos una noticia de que miles de estadounidenses viajan cada año a México para atenderse con un dentista). Y lo mejor del caso, en su mayoría no están cubiertos por tu seguro médico habitual. |
* Respecto a la adquisición de medicamentos, ten en cuenta que las normas respecto a los medicamentos que exigen prescripción médica son muy severas y se aplican incluso a muchos medicamentos que en Latinoamérica puedes adquirir en la Farmacia del barrio o en la tiendita de la esquina.
* Algunos analgésicos, varios antigripales y algunos otros pueden ser adquiridos sin receta en Farmacias que se encuentran dentro de los Supermercados o en Cadenas especializadas (son los llamados OTC – “Over the Counter”, o sea, que puedes tomar directamente del estante).
* Como las medicinas con receta son tan caras, es necesario precisar las políticas que tu Asegurador tiene al respecto, cuáles pagará y bajo qué condiciones.
Para cualquier emergencia médica puedes llamar al 911. El tiempo de respuesta suele ser muy rápido y la atención generalmente es profesional y eficiente. Del pago que tendrás que asumir luego mejor ni te comentamos, para no arruinar la sonrisa que puede haberte provocado la primera parte de este párrafo.
Página Anterior | Página Siguiente |
OPINIONES / COMENTARIOS