Las tarjetas de crédito te ayudan a realizar tus compras y a optimizar tu presupuesto, pero es importante mantener un registro de tus gastos. Las compras incidentales y compulsivas suman y cada una de ellas que hagas con tu tarjeta es un préstamo por separado. Cuando te llegue la cuenta, tendrás que pagar lo que debes.
Otra razón por la cual es importante mantener un buen registro (aunque sea aproximado) de tus gastos es en el caso de que se presenten errores en el resumen de tu cuenta mensual. Si detectas una discrepancia, repórtala inmediatamente a la compañía emisora de la tarjeta.
Si compras por correo, teléfono o en Internet, conserva las copias impresas con los detalles de cada transacción. Estos detalles deben incluir el código de confirmación de la orden; el anuncio o catálogo sobre el que hiciste tu pedido (si corresponde); cualquier garantía aplicable y las políticas de devolución y reintegro.
Si tienes una tarjeta de crédito, toma las siguientes precauciones para proteger tu cuenta:
* Nunca se la prestes a nadie.
* Nunca firmes un recibo o comprobante en blanco.
* Nunca escribas el número de cuenta (y menos el código secreto) en la parte exterior de un sobre o tarjeta postal.
* Ten cuidado al revelar tu número de tarjeta de crédito por teléfono.
* Lleva consigo solamente las tarjetas que necesitas.
* Mantén en un lugar seguro un registro de tu número de cuenta, la fecha de vencimiento de la cuenta, y la dirección y número de teléfono de la compañía de cada tarjeta de crédito.
* Reporta de inmediato telefónicamente a las compañías emisoras la pérdida o robo de las tarjetas de crédito o débito. Luego envía una carta y quédate con una copia y un comprobante del envío.
* No compartas tus datos personales: Comunica a la institución que te otorgó tu tarjeta o crédito que no deseas compartir tu información personal. Lee cuidadosamente los reportes de privacidad que estas compañías están obligadas a enviarte una vez al año. Ante cualquier duda, habla con tu ejecutivo de cuenta… o con el que te asigne el banco.
* Haz las cuentas: antes de pedir o utilizar un crédito o préstamo grande, calcula cuánto ya debes y qué incidencia tendrá el nuevo préstamo sobre tus gastos mensuales.
* Si estás teniendo problemas, habla con tus acreedores. Puede que ellos estén interesados en trabajar contigo en la búsqueda de un plan de pagos.
* Si tus problemas tienden a convertirse en “críticos” (pero siempre antes de llegar a esa etapa), contacta a un servicio serio de asesoría de crédito, que te ayude a consolidar tus deudas y planificar su liquidación.
| Página Anterior | Página Siguiente |
OPINIONES / COMENTARIOS