Muchas cosas son similares a las que ya conoces del país de donde vienes. Vamos a tratar de hacer un resumen rápido de algunas características del mercado inmobiliario en los Estados Unidos, sin pretender abarcar totalmente en este marco un tema que por sí solo amerita tres libros:
* En estos momentos (inicios del 2025), y sobre todo en las grandes ciudades que concentran la mayor cantidad de latinos, el mercado inmobiliario, tanto de compra como de renta, es una total locura: los precios por los cielos, las tasas de interés en la estratósfera y los gastos de cierre tan abusivos como siempre y, dado que hay escasez de inventarios, aun cuando algunos expertos pronostican una ligera tendencia a la baja, no podemos confiar en que la situación mejore, ni mucho ni pronto.
* De todas maneras, tienes que vivir en algún lugar, por lo que terminarás comprando o rentando. Y en ese caso, tu arma principal es tu historial crediticio. No nos cansamos de repetirlo. En EE. UU. tu existencia se resume en dos cosas: un número de Seguro Social (SSN) y un Reporte de Crédito. Puedes tener un millón y no lograr que nadie te preste un dólar si tu historial no es bueno; o puedes no tener siquiera un dólar y lograr que te presten un millón si tus ingresos son altos y tu récord crediticio es favorable.
* Es un sector muy “profesionalizado”: su operación tiene que ver con tantos detalles, fundamentalmente contractuales, que generalmente las personas para comprar, rentar, vender, etc., se ponen en manos de los especialistas: los Agentes Inmobiliarios o Realtors, como suele llamárseles.
Los precios son altos (el costo de la vivienda suele llevarse un tercio de los ingresos de la familia americana promedio), comparados con los que conocemos en nuestros países, pero las tasas de interés siguen siendo ligeramente mejores que las nuestras, así como las cantidades que hay que pagar de entrada, que generalmente son bajas (entre un 3% y un 5%). |
* Existe una dinámica relación entre la oferta y la demanda y una gran movilidad en general de este mercado, pues los norteamericanos se mudan con frecuencia, en dependencia de los cambios que hacen de lugar de trabajo, estudio u otros intereses (no existe en igual medida que en Latinoamérica el “apego al pueblito o al barrio que me vio nacer”).
* El tamaño de la vivienda, que es una parte fundamental en la fijación de los precios (además de la zona, la distancia a ciertos servicios y las vías de acceso) se mide en pies cuadrados (para convertir a metros cuadrados, multiplica por 0.3048).
* Generalmente, los pisos más altos de un edificio suelen ser más caros. Pagarás más por un aire más limpio, más luz, menos ruido de la calle y, en ocasiones, por una buena vista.
* La oferta y la demanda pueden variar en diferentes épocas del año, principalmente en ciudades donde hay un alto porcentaje de estudiantes. Al principio del semestre, normalmente en marzo/abril y septiembre/octubre, la demanda de rentas es mayor, y encontrar algo lleva mucho más tiempo.
Hay algunas cosas más que posiblemente nadie te explique en detalle, pero tendrán un gran impacto en tus finanzas.
Al Comprar Casa
Te van a decir, por ejemplo, “la casa tiene un valor de $300,000 y según la tasa de interés que te hemos conseguido, la hipoteca te queda en $2,000 mensuales”. Bien, supongamos que es cierto y que estés negociando a “tasa fija” por la duración de todo el préstamo (en los tiempos que corren sería una total locura comprar con “tasa variable”), lo que significa que tu hipoteca, por los próximos 30 años, será de $2,000… pero antes de enamorarte de la casa, antes de imaginarte viviendo en ella, tienes que saber que no es lo único que vas a pagar mensualmente.
A esa cifra “invariable”, tienes que agregarle los impuestos y los seguros, los que “milagrosamente” tienden a subir todos los años, por lo tanto, a tu dulce sueño debes agregar algunos cientos de dólares adicionales (depende del estado en que vivas y de ciertas condiciones, tanto del inmueble como de la zona, pues, por ejemplo, si esta es de huracanes y/o de inundaciones, pagarás aún más).
Y si vives en un área que tenga lo que se conoce como “Asociación de Dueños de Casa”, pues vas a tener que pagar la tarifa mensual que ellos ponen, bastante abusiva en buena parte de los casos que conocemos y que, de forma igualmente “milagrosa”, tiende a subir sin tu consentimiento y sin que puedas hacer nada. Y a todo eso agrega los gastos de mantenimiento del inmueble, incluso si eres alguien con suficientes habilidades manuales.
No se trata de que no compres casa. Es un lindo sueño y debería ser un derecho de toda familia. Pero sí se trata de que lo hagas con pleno conocimiento de causa, tomando en cuenta lo que te hemos expuesto y mucho más que debes investigar.
Rentar Casa o Apartamento
Hubo un tiempo en que algunos expertos decían que “era mejor rentar que comprar”… Ahora ya nadie sabe bien qué decir ni qué aconsejar. El caso es que, mientras no puedas comprarte tu casa, vas a tener que rentar, lo que conlleva, generalmente, el pago de la primera mensualidad, el depósito de seguridad y la última mensualidad. Por ejemplo, si consigues un apartamento de un dormitorio con un baño, cocina y lavadora/secadora integrada en una ciudad como Miami o Nueva York y el precio es $2,000 mensuales, pues tu primer pago será de $6,000.
Esos dos pagos extras se supone que los recuperes al marcharte, si has pagado bien tus mensualidades y entregas el inmueble al menos en las mismas condiciones que lo ocupaste. A veces eso es un proceso muy sencillo. A veces es una total odisea la batalla por recuperarlos. Toma muchas fotos, tanto el día en que te mudes como de cualquier fallo o desperfecto que hayas tenido que resolver.
Pero lo que nadie te dice es que, en la mayoría de los casos, para que te devuelvan tu dinero, tienes que avisarle al dueño con 60 días de antelación. ¡Y eso es un gran problema que pocos ven de inicio!
Imagina que vives en un apartamento y de pronto ves una casita bonita cuyo precio se acomoda a tu presupuesto y quieres rentarla. Para recuperar tus $4,000 dólares (depósito y último mes) tienes que avisar a tu actual casero con 60 días de antelación, pero esa casita que te gustó puede no estar disponible dentro de 2 meses. Nadie va a esperar por ti ese tiempo.
Pero hay más aún: cuando le das aviso al dueño de la casa que rentas que en 60 días te vas, hay un alto porcentaje de posibilidades de que en ese plazo este encuentre otra persona dispuesta a rentar su propiedad, por lo que debes asegurarte de encontrar lo que quieres o… es casi seguro que estás en la calle.
Sabemos que no suena bonito, pero es la dura realidad. También sabemos que existen diferentes opciones, pero todas dependen de tu situación específica y los medios a tu alcance; por lo tanto, tendrás que encontrarlas tú mismo. La diferencia es que ahora lo harás con los ojos bien abiertos.
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