La posición más lógica pasa por la transculturización…, proceso mediante el cual asimilas determinados aspectos del estilo de vida estadounidense como tuyos, aprendes a convivir y respetar a los otros; conservas elementos culturales distintivos propios, que, al mismo tiempo que te identifican, te permiten dar a conocer a la sociedad estadounidense tus raíces, costumbres y los valores de los que te sientes orgulloso.
El intercambio mutuo de valores culturales o transculturización presupone convivir con el más estricto respeto a la diversidad, entendiendo por esta la variedad de rasgos distintivos de las personas, entre los que se incluyen la raza, la edad, el género, la religión, la nacionalidad, la capacidad física, la orientación sexual, la manera de pensar, la formación y todas las demás características que hacen que cada persona sea un individuo único.
En los Estados Unidos, esta diversidad se vive a diario, estando nosotros y nuestros hijos expuestos a convivir con personas diferentes no solo por su raza o procedencia nacional, sino también por su idioma materno, cultura, religión, costumbres, música, comida, forma de vestirse, etc.
Es por ello que debemos reconocer nosotros y transmitir a nuestros hijos la innegable realidad de que cada uno de nosotros es diferente a los demás en algún aspecto y que es posible compartir y aprender a compartir esas diferencias. Es importante tratar de comprender y eliminar las barreras que encontremos y aprender a sacar provecho de las ventajas que esa diversidad nos brinda.
Muchos estadounidenses participan activamente en el proceso de transculturización, pues ellos también asimilan diversos elementos y matices de la cultura de nuestros pueblos. El necesario equilibrio de ese proceso se logra y mantiene cuando el intercambio se produce de manera “orgánica“, paulatina, sin presiones e imposiciones por ninguna de las partes, aun cuando siempre hay que reconocer que los recién llegados somos nosotros. |
Desafortunadamente, no todos ven el lado positivo de la diversidad y la asumen como una oportunidad. Muchas veces las personas expresan sus prejuicios cuando se forman una opinión negativa de alguien aún sin conocerlo, lo que puede llegar incluso a un trato injusto hacia una persona o grupo en particular.
Esos prejuicios (que llegan incluso a la discriminación, sutil o desafortunadamente abierta) se han exacerbado en los últimos tiempos en los blancos estadounidenses respecto a los African Americans, los latinos y otras minorías. También es innegable que esas minorías, incluidos los latinos, manifiestan también ciertos prejuicios respecto al resto de los grupos sociales e incluso hacia sus mismos compañeros.
Los prejuicios y las imágenes preconcebidas (mitos y estereotipos) que alojamos en nuestras mentes nublan el entendimiento, dividen a las personas, truncan los puentes y levantan muros étnicos o raciales que no aportan nada positivo a la necesaria convivencia y autorreconocimiento.
Se reconocen TRES TIPOS de transculturización y, de una u otra manera, podemos encontrarlas a todas en este enorme abanico de diversidad que son los Estados Unidos:
- Transculturización parcial o selectiva: Adoptar ciertos aspectos de otra cultura mientras se conservan los propios.
- Transculturización integrada: Fusión profunda de elementos culturales que da lugar a una nueva cultura.
- Transculturización inversa: Cuando una cultura subyugada influye sobre la cultura dominante.
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